ARTÍCULOS DE INTERÉS

EDUCAR EN LA FRUSTRACIÓN

El psicólogo Javier Urra defendió ayer la necesidad de "educar en la frustración" para evitar que un niño consentido se convierta en un tirano, un fenómeno que crece de forma "exponencial", afirmó, como demuestra el hecho de que en 2005 se registraran 6.000 denuncias de maltrato de hijos a padres.
Para el ex Defensor de la Comunidad de Madrid, estas cifras son sólo la punta del iceberg de un problema del que no se habla porque los padres son reacios a denunciar a sus hijos pero que "aflorará" en los próximos años.
Este es uno de los aspectos que aborda Javier Urra en su último libro "El pequeño dictador. Cuando los padres son las víctimas. Del niño consentido al adolescente agresivo", en el que reflexiona sobre la labor educativa de los padres, cuyos pilares deben ser la autoridad, la competencia y la confianza.
Urra, que desarrolla su labor en los juzgados de Menores de Madrid, alertó en la presentación del libro del crecimiento "en progresión geométrica" de casos de maltrato de niños a padres, un fenómeno que en la actualidad también se produce entre familias de niveles económicos medio- altos.
"Todos los niños son caprichosos, pero algunos son consentidos" y "no se les enseña a aceptar la frustración de no obtenerlo todo aquí y ahora" ni a "desenvolverse en el conflicto", unas circunstancias que, según Urra, derivan en algunos casos en una actitud tirana hacia los padres y desembocan en adolescentes agresivos.
Estos pequeños que ven en sus padres "un cajero automático" del que obtienen todo lo que quieren son más niños que niñas a razón de seis niños por cada niña en la que aparecen estos comportamientos.
Ante ellos, la sociedad permanece "paralizada" y mantiene una "actitud cobarde" hacia ciertas actitudes inadecuadas de chavales de 14 años, agregó el autor, "entre otras razones por miedo a que aparezca un padre depredador capaz de defender cualquier acto de su hijo".
En su diagnóstico de las causas de estos pequeños desafiantes, Urra señala que se ha pasado de la moral del sacrificio al mensaje del mínimo esfuerzo y reconoció que la presión de una sociedad consumista y el bombardeo publicitario al que se ven sometidos los menores "no lo pone fácil a los padres".
A su juicio, también influye el equívoco en el que viven muchos padres, sobre todo madres, que creen que no lo están haciendo bien y tratan de "sobreproteger y compensar" con concesiones el tiempo que no pasan con los niños.
"El consentimiento excesivo es una forma de maltrato" a largo plazo, subrayó.
Aunque reconoció que no existen recetas mágicas, Urra abogó por la necesidad de decir no a los niños desde pequeños, una actitud que "no les traumatiza" si se lleva a cabo con "cierta flexibilidad" y subrayó que en caso de divergencia de criterios entre los niños y los padres siempre debe prevalecer el de los padres.
Urra, que recomendó educar desde la sanción sin recurrir al castigo físico, aconsejó a los padres que cuando el problema es acuciante, hay que recurrir a los servicios sociales, aunque de momento sea "un tema tabú" porque a un padre le da vergüenza denunciar a un hijo.


Fuente http://www.eldia.es